Testimonios de República
Versos encontrados el 14 de abril de 2010
En todos los sitios siempre hay gente buena.
Largo Caballero nos dió monos
a las 9 mujeres que íbamos y
subimos a la montaña.
Yo iba diciendo: no nos los van a dar,
no nos los van a dar, no nos los van a dar.
Y no fue así, pudimos vestirnos de milicianas.
Cuando estalló la guerra
yo era analfabeta.
En la prisión aprendí
a escribir en ladrillos.
Aún sin saber leer
donde he hecho falta
allí he estado,
y aquí sigo estando.
Donde sea necesaria
allí estaré.
Nota: Esta mujer republicana, como Rosario la dinamitera y tantas otras, fue condenada a muerte durante 3 años. Finalmente, le conmutaron la condena por 30 años en prisión. Una compañera presa le avisó de este cambio porque lo vio en un papel en la enfermería. A ella sin embargo, oficialmente no le habían comunicado nada.
Me parece necesario aclarar que el discurso y la biografía aquí narrada no corresponde con las manos de la fotografía. Se trata de dos mujeres distintas y una misma causa.
ResponderEliminarAmbas asistieron ayer a un homenaje a las mujeres republicanas que se abarrotó de público.
No hago mención a sus nombres porque no los tengo disponibles, ni tampoco poseo su consentimiento para que aparezcan publicados.
PARA LA LIBERTAD
ResponderEliminar"Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo"
Ese árbol, cautivo, Nel, dejó semillas. Algunas las has recogido tú. Vienen de siglos ha. Son las mismas que plantó Espartaco. Que cantó más tarde Miguel Hernandez. Por las que murieron Salvador Allende y monseñor Romero. Son semillas valerosas y sencillas que crecen con amor y solidaridad.
Tu abuela Max te dejó algunas. Por eso tu jardín urbano ha roto hoy las cadenas y crece libre.
Port