Ostras, Ostras
Muchos años después de la IIGM, Holanda. En concreto, 50 años más tarde del desembarco. Un cartero alemán, viene a mi puerta en Janskerhof 21. A veces, tomamos café. Él me cuenta historias inventadas comiendo plátanos. Poco importa el argumento, no entiendo nada. (Dutch is a personal whisper for my ears, that´s all) . Sin embargo, observo muy callada todos los detalles: sus gestos serios, dulces. Su gran cuerpo (desarmado, aparentemente dócil) cobra vida. Su voz es firme: la importan cia de la palabra por encima de toda frontera . ( Siendo susurro, viento de molinos de Delf; familiar y al tiempo ininteligible). Un billete de avión me devolvió las historias de Bernhard, (almost BurntHeart, I see now). Anyway, esta vez, conseguí una traductora. He aquí la única historia que alcancé a entender (verbal-mente). Ostras, Ostras Reluce. Reluce el ojo de la ostra en la distancia. Apenas puedo verte intenta acercarte, ven. Entonces me podrás escuchar. Así podré ver el ojo de la ostra relucir s