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Mostrando entradas de abril, 2015

Ven, hoy te lo diré

Para unos ojos  que sepan leer con las manos un corazón oscuro que se abre como una nuez. Para los oídos  que escuchan el latido  de apertura. Para unos pulmones que me acompañen al respirar al  c          a            e              r al levantarme al despertar. Para unas manos  que hagan de cuenco cuando tengo sed de una brizna de hierba y un lápiz. Para una sonrisa que contenga y expanda las letras del mensaje de la lluvia. En definitiva, escribo  para absorber metáforas   al releer.

Una tirada de la máquina de lanzar palabras

No me escribes en mayo, y la vida anda muda.  Me niego a la ceguera. No me escribes y en el sueño me invaden muertos, y los dientes se me caen irremediablemente, y mis muelas, mis dulces muelas, se rompen y suplico, una y otra vez,  que el sueño sólo sea sueño, y que si no me escribes, no me importa, pero que no caigan, que las encías y las raíces se queden en mi boca. Lloro  por mi muerte,  por la muerte de mis palabras  en la lengua, en tus labios, en mis manos. Silencio sin saliva. Dientes de leche, blanco sin sangre, sin sol, sin verano, a chorros. El arco iris en mi boca, en mis ojos de arroz, en la mañana, en la ventana en el camino hacia donde va mi corazón y tu corazón. No me muerdas en verde,  desde el embrión no me escribas ¿quién quiere prolongar una espera hacia lo oscuro? ¿quién quiere romper los puentes y pisar las miosotis de mi mesilla? ¿quién quiere ser querido si no hay letras para bordear esta herida, si ya no crujen las sílabas de

It´s raining cats & dogs

Llueven alfabetos que persiguen lentos las huellas de los animales. Llueven idiomas que me susurran del ojo el color de la palabra, y yo serena y silvestre de tanta nube me detengo en la esquina de esta casa rota. Llueven alfabetos y desaparecen los trazos del temor a lo incierto. El alfabeto de las olas escribe el nombre de las plantas en círculos enhebrados con la baba balbuceante del caracol. Mis mejillas rellenas de violetas son ojo del perfume y el desafío como el relámpago sobre el campanario y llega la tormenta de luz en la bruma. En este alfabeto de hielo que rompe el hueso de la muerte oscura suenan las campanas para espantar a  la tempestad de las letras. Y yo serena en esta esquina silvestre de tanta nube. Abril, 2015

Una montaña de pétalos

Imagen
Me dejaste una montaña de pétalos para que te reescribiera de nuevo el latido. Imagen obra de Pina Bausch. Texto Vera Moreno