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Mostrando entradas de julio, 2009

La higuera

En urbangarten hay un patio con las puertas abiertas. En el centro, serena, la higuera. Su perfume me envuelve en nostalgias, futuros y momentos. Mis manos tocan su corteza tierna, recorren tronco, perfilan yemas. Mis pies descalzos en la tierra, afianzan mi camino, enraizo mis ideas. Su aroma bien dentro acompañará mis ausencias. Me encapricho con la vellosidad de sus hojas interior lechoso, elixir de Cleopatra. Su ancianidad y sombra ... caricias del tiempo. Devota de la higuera, me prosterno ante ti. En las tardes, en las noches de verano eres mi cobija de estrellas. Tan generosa. Árbol-mujer que recibe brevas e higos sombra y arraigo. Si fuera alcaldesa plantaría higueras en las plazas, en colegios, en los patios de las casas... Así, al llegar septiembre todo sería fácil.

Mi casa

Mi casa es un remanso donde me lleno de oro. Juana de Ibarbourou Reconocida poetisa uruguaya. Más info en: http://amediavoz.com/ibarbourou.htm

Las ojeras de Venus

Hace mucho tiempo, mucho antes del antes, Venus nos agasajaba los viernes con las ojeras del amor, y nos duraban todo el fin de semana. No se recuerda bien, puede ser que fuera cosa de hace 10 ó 20 años, no mucho más. Cuentan que Venus se enredó una noche con Marte y quedó prendada de la fogosidad del planeta guerrero . Confundida por el deseo, decidió deslumbrar a todos. Ya no era suficiente ser el primer lucero del firmamento, quería ser la más destacada dentro del orden de las estrellas, con el fin de que Marte se mantuviera siempre cerca tras su estela de luz. Por esa razón, cambió la chispa de la mirada de sus criaturas por unos párpados eternamente caídos. Desde entonces , yo no sé si pasa igual en otras ciudades del mundo, pero en el metro de Madrid en el traqueteo del ir y venir se ven cómo las bolsas y ojerizas de Venus pasean los viernes a las 18.00 h por los vagones, sin dejar asiento libre de derrota. Uno tras otro, los viajeros tristones presentan unas sombras de un co

El re-poso de la Amazonas

Reposar. Reposar contiene la caída ligera del gorrión sobre la rama. Determinar la voluntad de posarse. Elegir un lugar para aterrizar. Juego de distancias y tiempos de frenado. Es majestuoso sentir un parapente detrás de ti, ver la puesta de Sol en primera línea, sentir el aire. Atravesar el espacio en plena bajada. Viento. Susurros de ladera. Es una riqueza dominar el vuelo, ser gorrión, decidir volver a posarse, acariciar la tierra viniendo del cielo y ... respirar. Reposar lo vivido. Mirar la vida. Darnos tiempo, reposar horizontes. Abrir los ojos y plegar las alas. Hemos llegado. El destino soy yo misma aterriz-ada. El destino: la tierra de arcilla, roja, fértil, sin raíces previas; recién arada, limpia, virgen. Ama-zonas re-posada Amazona reencontrada. ( Poso en portugués puedo re-posar : empoderar-se ). Traducción libre. Dedicado a Laureano Casado , que hace mil años me enseñó a volar, y me susurraba bajando laderas. Un gran hombre que vive Al Filo de los imposible s.