La Maga

Hay días en los que me levanto con esencias de la Maga, aunque no recorro París ni sus puentes, Madrid se extiende como geografía por la que discurro a la deriva, sucesión de encuentros fortuitos se tropiezan sucesivamente en mi camino; hijas de vecinas de mi abuela, amigos de mi padre, la prima de mi madre a quien visitábamos durante la infancia y hace 25 años que no se hablan. A mi amiga actriz elegantísima con sus eternos turbantes, a mi entrañable amigo con quien contaba cuentos y volábamos al alimón con el público, a Orima y mi paraguas rojo que dejé olvidados en un Café, a la tarta de zanahoria que siempre me espera frente al Real Cinema, al Entredós que es puro encuentro, a la salida del Banco de España... ... ... Derivas ... .. ... Madrid, un pueblo.

Pasillos de tiempo cruzan entre Arenal, Sol, Alcalá, el metro y la Plaza Mayor. De Santo Domingo a Lavapiés soy la Maga. Salgo descalza y encuentro miradas, tomamos café o vino o cerveza con limón y patatas bravas. Las tapas, nuestras queridas tapas. Reímos y ocultamos el tedio y los miedos con un estoy bien y tú? Veo antiguos amantes en los pósters de la ciudad anunciando conciertos revival de los perdidos 80.

Camino mirando el reloj de Sol, compruebo una vez más que las manecillas de la torre de Atocha nunca repetirán las cuatro menos cuarto de la madrugada; la ciudad dispuesta para oír el roce de los vaqueros y nuestro compás de pasos largos. En este 2009, inolvidable para la historia, estrenamos de nuevo una primavera que no acaba de llegar, andamos descreídos vigilando las nubes y el horizonte. Apenas despunta el día y vuelvo a ser la Maga, salgo a caminar, giro y tropiezo con aquel que encontró mis sandalias.

Comentarios

  1. "De Lavapies a Santo Domingo soy La Maga..." Compré Rayuela en Londres, hace algunos años, y desde entonces colecciono páginas de Cortazar y, de vez en cuando, hablo con sus personajes. Qué gran casualidad...El pasado año un buen amigo me regaló un libro suyo con una cita en la que se había apropiado de Horacio Oliveira para firmar un pensamiento. Quizás pensó que en el futuro nadie iba a descubrir el juego. Qué absurdo fue al pensar que Paris era sólo un estado personal de su cerebro. Le reconfortará leer lo que has escrito. Le diré que entre en tu blog. Es realmente mágico. E interesante.

    Rocamadour. (Aprés le temp...).

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Las cenizas de Max, mi abuela

El gimnasio de los rotos ya está en librerías. Guía de lectura y reseña de Leonardo Reyes Jiménez

Performance sensorial La Naranja Entera en Colmenar de Arroyo. Organiza Acción Poética