Colores que reparan lo irreparable



Huellas magenta y tierra
Huellas de montañas, cielo.
Sueño con acaparar
todas las manos:

las negras,
las asiáticas,
las occidentales
las gitanas
las indígenas
las del Sur
todas
tendidas bajo un mismo sol,
y necesarias
...
Se necesitan
para desactivar las armas,
rehacer el tapiz de paz
en casa,
en la tierra.

Manos
para desobedecer al ciego tirano
DES O B D C er
Necesitamos manos que no acepten el A B C
de lo que Dios, el jefe, el marido,
el economista, el político manda.
Queremos huellas magenta y tierra.
Huellas montañas, dedos cielo.
Manos para querer.
Abrazos
que sostengan el llanto.

Construir castillos, sin soldados,
con todas las arenas.
Sin fronteras.

Repito: necesitamos manos para
DES O B D Cer .
DES O B D Cer a la miseria impuesta.
Necesitamos manos tiernas, magenta
para cultivar campos, pintar palabras, bordar cariños.

Necesitamos colores montaña, manos cielo
para educar a quienes son pequeños
para comprobar que el arco iris está salado,
es de azúcar, y es de todas y de todos.

Necesitamos colores en las calles sin farolas,
pintar sonrisas, bordar la magia: ¿vienes?
Manos tierra, colores montaña, cielo magenta.


Imagen Candela Arevalillo (La poesía nos une)
Dedicado a todas las mujeres.
Y también a los hombres que saben y se hacen querer,
sin fisuras en el tiempo.
25 de noviembre día internacional por el buen trato a las mujeres.

Con las manos no se agrede, se quiere.


Comentarios

  1. Muchas gracias por permitirnos disfrutar de este torrente de creatividad.

    ResponderEliminar
  2. Los buenos estímulos permiten volar con las palabras. Para que el buen trato se transforme en realidad cotidiana.

    Beijos

    ResponderEliminar
  3. Me gusta ese toque juguetón-experimental :)

    ResponderEliminar
  4. El día que pierda la lucidez lúdica, dejaré de ser yo y mi alter ego.

    ;-D

    ResponderEliminar
  5. Color y calor. LLenemos nuestra vida de buenas sensaciones. Qué gusto haberte leido!

    ResponderEliminar
  6. Esta es la batalla. Estas son las únicas armas verderamente humanas. Tu poema, tu escrito, emociona y ayuda en el combate. Es precioso. Maravilloso, Nel. Gracias en nombre de todos los que creemos que otro mundo es posible.

    ResponderEliminar
  7. Querido Port,

    ya no debería haber batalla: cuando se enseña a unas manos a acariciar, la violencia tiende a desaparecer y ojalá, algún día se olviden los combates en un cofre que ya nadie busca bajo el mar.

    ;-D

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Tirar

El gimnasio de los rotos ya está en librerías. Guía de lectura y reseña de Leonardo Reyes Jiménez

Las cenizas de Max, mi abuela