¿Las heridas cómo se curan? Sanan con literatura, miija. Entonces: manos, pies y cuerpo a MI obra. El tiempo sí que importa. Antonieta Villamil nos visitó al Entredós este invierno. Nos cantórecitó sus historias y sus sueños. Nos contó que las editoriales están en nuestras propias manos, ella misma había confeccionado los libros que nos trajo para compartir. Costaban 7 euros porque era un número que le trae suerte. Vive en Estados Unidos porque entiendo que Colombia es una constante pregunta: ¿Dónde están aquellos a quién tanto amé? La respuesta no siempre es dulce. Su cuerpo flaco y su voz poderosa, enraízada en lo profundo y terrible del centro de la tierra, nos devolvió la ilusión de inventarnos la materia, nos susurró en alarido que querer es poder, siempre habrá alguien que te caliente los oídos, te de la mano o te preste sus rodillas para apoyarte en el descanso del camino. Nelken Caminante dice: no soy única, somos muchos los que contenemos la luz del universo.