Del ir y volver al ir para quedarse

Ya no recuerdo quién fue primero,
pero se fueron todos.

Tal vez fueron Luz y Rodrigo que nos dejaron para habitar un pueblito en la frontera del norte de México. Carina, volvió a su tierra de lluvia y zamburiñas. Cuando se fueron todos los que tenían raíces comenzó el éxodo de los que se criaron en estas calles empinadas y llenas de vida; Manuela se fue a París y muchos otros amigos volvieron a colonizar el extrarradio: primero Leganés y Alcorcón, luego Pinto y también Valdemoro. Así se fueron todos. Esta noche Estela empaqueta su vida rumbo a los mares del Sur, al este Estela en cabo de Gata.

Ya solo queda, qué poco y bueno queda, el marqués de Lavapiés que nos espera en su plaza. Nos cambiaron el Olimpia, peatonalizaron las calles y con cámaras registran la noche y el día. Cuando vuelven de Sevilla dicen que me han visto por Argumosa, mi antiguo mar de terrazas, petas, y malabares, pero es sólo una imagen de la retina confusa. Desde Santo Domingo a Lavapiés muchas noches fui, la maga. Ahora, ya, nos fuimos todos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las cenizas de Max, mi abuela

El gimnasio de los rotos ya está en librerías. Guía de lectura y reseña de Leonardo Reyes Jiménez

Performance sensorial La Naranja Entera en Colmenar de Arroyo. Organiza Acción Poética