La Maga
Hay días en los que me levanto con esencias de la Maga, aunque no recorro París ni sus puentes, Madrid se extiende como geografía por la que discurro a la deriva, sucesión de encuentros fortuitos se tropiezan sucesivamente en mi camino; hijas de vecinas de mi abuela, amigos de mi padre, la prima de mi madre a quien visitábamos durante la infancia y hace 25 años que no se hablan. A mi amiga actriz elegantísima con sus eternos turbantes, a mi entrañable amigo con quien contaba cuentos y volábamos al alimón con el público, a Orima y mi paraguas rojo que dejé olvidados en un Café, a la tarta de zanahoria que siempre me espera frente al Real Cinema, al Entredós que es puro encuentro, a la salida del Banco de España... ... ... Derivas ... .. ... Madrid, un pueblo. Pasillos de tiempo cruzan entre Arenal, Sol, Alcalá, el metro y la Plaza Mayor. De Santo Domingo a Lavapiés soy la Maga. Salgo descalza y encuentro miradas, tomamos café o vino o cerveza con limón y patatas bravas. Las tapas, n...