La cajita de madera de Anita Free


Para darse cuenta de lo que realmente está pasando dicen que lo mejor es darse un golpe, yo me acabo de fostiar hace 35 minutos con el pico de la ventana, al levantarme de forma súbita
del letto protetor con el fin de hacer un pis nocturno fuera de guión. Yo y mis temperamentos, héle ahí, hemos hincado mi cabeza somnolienta contra el pico de la ventana a medio abrir. Esto es empezar bien el verano... ¿Será que me tengo que dar cuenta de algo importante?

Afortunadamente, ya lo tengo todo controlado, pero me estaba acordando de lo que dijiste ayer cuando estábamos en el coche, eso de tener un vecino majete como garantía para vivir más tranquila al estilo single, pero claro, aunque me salga sangue por la cabeza, a estas horas no era plan de despertarle. Por muy majo que sea, son las cinco de la mañana. Todo esto ha sido un poco caótico, tenía alcohol, sí, porque tengo varias botellas de alcohol en el baño, pero no encontraba el resto del botiquín. A la hora de la verdad, no tenía algodón, ni betadine, aún así, mientras me apretaba fuerte mi cabezota con sangre, seguía buscando, algodón, un kleenex... Si tuviera un bastoncillo, en la casa del año pasado los bastoncillos los tenía en el baño en el mueble de la derecha, pero ahora no estoy en esa casa. Joder, ¿dónde tengo los bastoncillos?, ¿en el sótano? o tal vez, ¿los tiré porque está fatal limpiarse los oídos con bastoncillos? El betadine, necesito betadine, el bote chiquitín de emergencia de cuando me fui a Brasil en 2006, mierda, está todo en una cajita de madera monísima en casa de mi madre, no me la traje, al final, con tanta casa, no me la traje. Ya tengo el kleenex, chorrazo de alcohol, me estoy cabreando esto no empapa, no sé cómo es de grande o pequeña la herida, apríetate Anita, apríetate que así no sale tanta sangue. Está bien, tranquilidad, a grandes males, grandes remedios, échate un buen chorro de alcohol, directo en tu linda cabezota que duele, acierta Anita, acierta, joooooder, se escurre, se escurre, no no, al ojo no, idiota no, hoooostia puta: escuece, escuece, mira que voy a tener que llamar a Alex para que me dé algodón y que me diga qué gravedad tiene esto.

Mierda, mierda son las 5.15 de la mañana, el ambulatorio está cerrado, si sigo con la sangue tendré que ir a la Paz, en bici, eso sí, sin casco y apretándome, a ver, ay mastuerza, cómo me escuece el ojo, ah, ah, ya lo tengo: los circulitos antimaquillaje hace tanto que no los uso que no me acuerdo ni de su nombre, los circulitos, los circulitos son como de algodón, mejor que la mieeerda esta de kleenex cutre de semáforo que no empapa. A ver, a ver, ah, lo intento de nuevo, si tendrían que estar aquí los bastoncillos, en estos cajoncitos, anda mira, pero si tengo aquí una movida del kit de emergencia de Brasil 2006, un spray betadine post-moderno que escuece un carajo... Decidido, me lo enchufo y con cuidado porque dos agresiones al ojo pueden ser fatales. A ver, a ver, no llego a verme, el lavabo me impide acercarme lo suficiente, no, por mucho que me espachurre la tripa, no llego, hay que joderse, y son las cinco de la mañana, y todo por un puto meo inoportuno. Bueno, me voy al espejo del salón, porque afortunadamente, en esta casa tengo salón y con espejo. Quiero ponerme hielo, joder, ¿a ver cómo es esto?, ¿tendré que ir al ambulatorio? ¿Abrían a las 8.00 ó a las 9.00? ya no lo recuerdo. Será a las ocho, ¿a ver qué me he hecho?... aaah, uhmmmmm, bueno, esto ya ha remitido, es poco, es un punto, un costrón con la gomina fungicida esta que me he echado. Hostia el ojo está muy rojo, pa mí que se me ha evaporado el alcohol, y el trozo de papelito higiénico ha sido reabsorbido, ¿dónde está? ya no lo veo.

Voy a pasar del ojo, esto está bajo control, por cierto, no me puedo olvidar de la movida del hielo. Rápido, el hielo inmediato empaquetado que me regaló Chusa para la inflamación de las encías, ¿dónde lo puse?, joder, no me acuerdo, ¿en la cocina? Mira a estas horas no me voy a poner a buscar. Pues vaya, mira que no hacer el botiquín de emergencias, mira que en todas mi casas tenía muy claro mi botiquín, en mi cajita de madera preciosa, que me encontré en la calle una navidad, seguro que la botella de vino estaba riquísima, porque la caja es super bonita. Mira, que no, que no lo voy a buscar, simplifícate Anita, esto ya lo tienes controlado, ey! campeona, well done! Nada, nada, algo rapidito, unos hielitos, a ver, sí aquí están, una bolsita para congelar alimentos, en el primer cajón junto al fregadero, qué control Anita, así me gusta, todo controladito, sola en casa, pero todo controlao.

Bueno, va, ya no me duele, voy a poder dormir sin desangrarme, ya no tengo que ir en bici a la Paz a ver pasar las horas, bueno, pues hala a la camita, ... sí, y una mierda, primero voy a abrir la dichosa ventana de par en par y no medio entornada, que mañana me vuelvo a fostiar. Joder, una herida encima de otra herida, eso sí que duele. No, voy a abrir la ventana ya. Anda, pero si tengo aquí a mi pequeño Mac, bueno como ya no me voy a dormir así como así... voy a ver si alguien está conectado a mi blog.... aaah! Qué vida más tonta y vaya pis más gilipollas, la verdad. Mañana quiero recuperar mi cajita de madera, linda y funcional. ¿Será que más que redecorar mi vida las casas se nos acaban demasiado pronto? Al menos a mí. Y ahora a dormir con el hielo en la cabeza para evitar descubrir otras certezas con puntos finales más escabrosos.





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