Caperucita frente al fuego

Imagen Pilar Capulino


Recoja todas sus balas, no necesitamos defensa.

Doble, pliegue a pliegue, su orgullo herido.

Cambie las sábanas de sus noches sin estrellas y

entréguese a la pasión del amor en su casa,
le dijo desnuda y con las botas puestas.


El cazador anduvo hacia atrás y cerró la puerta.

Ellos, sin embargo, continuaron frente a la chimenea

observando el devenir del fuego.


Feroz, me gusta verte tan atento a lo importante.

Y dando tumbos de sueño recorrieron, una vez más,

los pasillos del amor.

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