País de Polillas
Puede que no nos pensáramos gusano
pero sí planeábamos con el deseo de la mariposa.
Parece que ahora somos plaga de polillas.
En las noches en blanco vamos atraídos por la luz
y morimos
con las alas pegadas a una bombilla fugaz.
Somos el país del fogonazo y chequera
de la tarjeta de crédito y las cervezas.
Somos gusanos y capullos.
Pudiendo planear el vuelo de las volvoretas
atacamos los armarios de la Unión Europea.
Nos planeaban ser primeras potencias
y tan sólo somos un país con las alas quebradas.
España es paño de polillas.
Demasiadas polillas, en verdad y las noches en blanco hacen que todas revoloteen en busca de aquello por lo que no serían capaces de pagar un día cualquiera. Pero entre todas las polillas a veces aparece alguna mariposa y eso cambia el color de las cosas, al menos por un rato.
ResponderEliminarSí, sin duda la riqueza de los momentos mariposa es inconmensurable. Para mí existe ahora en Madrid un espacio que genera millones de momentos mariposa y es La Tabacalera, un lugar donde la magia se da todos los días.
ResponderEliminarPaís de polillas, creo que estás en lo cierto. Un terruño de ociosos que no levantan la vista y se quedan cada vez con menos palabras. Cuando la desidia es el mismo aire que se respira poco se puede andar y nada se puede volar. Enfermos de hoquedad vital. Mala cosa.
ResponderEliminarun abrazo