La visita

Imagen: Esteban Vicente


Depositaron cuidadosamente la sal y las partituras debajo de su almohada. Cuando despertó una sonrisa se quedó dibujada en su cara, descalza corrió al piano y tocó. Sus dedos bailaban por el teclado en blanco y negro, sin embargo, la música que desprendían sus manos hablaba de cintas de colores, de árboles que se mecían al capricho de los vientos del sur, de casas con ventanas abiertas y cortinas que volaban como cometas. Pasaron los días y su sonrisa seguía allí, como las teclas que desprendían su mejor tesitura para acompañar el deseo y la convicción de tan magnífica intérprete. Sus pies delgados y descubiertos se movían al compás.

Pronto llegaron en autobuses aquellos que andaban inquietos con sus vidas. Al llegar reconocían mensajes ocultos tras aquellas composiciones musicales y transformaban su camino tomando las decisiones más sabias. Todos volvían agradecidos a la fuente primera, allá donde manaba la música más pura, y plantaban mangos, higueras, magnolios... para dejar memoria de su infinita gratitud por el regalo recibido.Una noche ella se levantó del piano y se recostó sobre una hamaca del jardín. No despertó más.

Aún hoy, todos recuerdan su sonrisa, su música y sus tesoros. El jardín de las notas celestes es un lugar que acoge a todo aquel que pierde sus baldosas, sus zapatos o las ganas de seguir creando. Un paraíso que transforma en ángel todas las lágrimas.





Comentarios

  1. Una baldosa puede hacer un camino, un trebol un jardín, una nota una melodia, una sonrisa puede llevar al paraiso.
    p.d. Hemos quedado esta noche.

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  2. Por fin encontraste el paraíso. Sólo había que dejar que se construyera el mismo. Sonrisa, música, sabiduría...gran refugio al que vendré cuando necesite encontrar amparo y luz para el camino.

    Musu handi bat bihotz- bihotzekin eder lorea.

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  3. Musu handi bat bihotz- bihotzekin eder lorea, for both of you, por ser tan soletes.

    Con um beijo se puede pintar de nubes el cielo.

    Muitos beijos pra vocés.

    NR

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