Retazos de fruta




Ser niña para subirse a un árbol y comer manzanas como un pájaro; sin permiso, en silencio o cantando, pero subir y morder el no se puede. 



Disparar a la manzana y tropezar a bocajarro con el cuerpo sin vida. Jugar a vencer y ser vencido como el cohete que no resplandece, que nace tartamudo. Perder el cuchillo del abuelo, inseparable de su manzana, en la mesa de un comedor universitario para sentir el vacío y la pérdida del latido impar. Relamer la ausencia ácida y sus fluidos.

Ser manzana sin cuchillo, sin mordisco. Morir viajando sin llegar a destino. Madurar sin que nos desgarren las ropas, ser un sabor cítrico, electrizante y desperdiciado por la desidia y el olvido. 

Revivir recordando el árbol, al abuelo de manos gruesas y los manzanos en flor compitiendo con la belleza de una nube en el cielo abierto. 


Vera Moreno. Noviembre 2014.




Comentarios

  1. Nadie sabe cómo tú para llegar al interior de la fruta y separar los gajos de lo importante. Ser un sabor ácido, electrizante, pero nunca desperdiciado :-)

    Precioso, texto.

    Un beso

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