Llegando al mediodía





 Imagen Julio Medina

No perdonéis a esta zíngara nómada
que viaja en una misma ciudad
rodando con maletas
molinillos de café azules
y sueños que se enredan en las ramas de los árboles.

No perdonéis a esta mujer transeúnte
que añora las raíces de los pájaros
que desconoce la palabra quietud
y su calma se reduce
a una bañera repleta de agua caliente y sal.


Sonreíd a estos rizos rojos
de corazón alegre y despierto
a sus manos que todo lo dibujan
y el aire se lo lleva lejos.

Sonreíd a su sonrisa sincera
de verbo azul y silencio roto
que sueña con ser gata y pantera
en un constante chocolomo.

Vivir,
ser estela y polvo
palabra y luz,
y en una ráfaga
prender el fuego de mi corazón mordido. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las cenizas de Max, mi abuela

El gimnasio de los rotos ya está en librerías. Guía de lectura y reseña de Leonardo Reyes Jiménez

Performance sensorial La Naranja Entera en Colmenar de Arroyo. Organiza Acción Poética