El útero no está preparado para el proceso inverso. Pero ahí estamos legiones de espermas fecundados, la consagración del óvulo y la materia. Hemos vuelto. No es que seamos mal recibidos, tan sólo que ya no hay espacio. Determinados caminos no deberían ser reversibles. Sin embargo, allá vamos en tropel. Otros estiran un poco más la tarjeta de crédito, se quedan más horas en la oficina para garantizar el puesto, niegan el retorno. En este espacio acuoso y emocional las camas son de adolescentes, los armarios no sostienen el peso de un abrigo adulto, la nevera no es la nuestra. Recuperamos la plaza de garaje. El coche, nuestro último tesoro: unidad de espacio definido, propiedad de lo propio. Las televisiones conquistan la cocina, el salón, la habitación de los padres. La 2 no siempre se impone. Ante el agravio no pronunciado nos recluimos en nuestro ordenador, el blog, el facebook. Ya sólo nos queda ganar el poetry Slam e irnos fuera de España, con un poco de suerte, ther...