Guardo en la caja de los hilos la palabra tirar. Soslayo del contenedor de reparto una sonrisa, un a mí sí me vale. Saco uno a uno los alfileres del acerico seco de mi corazón. Introduzco en mi dedo capital, corazón, el dedal que mueve y protege mi destino. Preparo la tela de lino. Me decido por el color vainilla. Hilo y tela rompen el maleficio de lo tirado. El dedo corazón roza los bordes: la tela y el telar, el pulgar y la tela, roces. La urdimbre, el gusto por bordar la vida. La aguja daña para unir. El dedal acompaña el camino. La intención es el valor. La acción, el traje nuevo. Transformo mi voluntad de caer tirada, de liberar el pasado, por un deseo de dar, por la conveniencia de saber estar y adentrarme en el hacer aquí y ahora, sin preámbulos. Compro calcetines nuevos para dejar de andar descalza. Me siento para continuar. Os recomiendo la película Bright Star de Jane Campion, la directora de Nueva Zelanda conocida por El piano. Bright Star narra la historia de...