Deseo que al abrir la puerta del portal esté el ascensor, ruedo el carrito con la compra a rebosar y me encuentro con los mismos peldaños de ayer. Inspiro y veo a mi madre, a mi abuela yendo a por agua a la fuente, tiro del carro, y esta vez, siento perfectamente de qué carro se trata. Sigo subiendo hasta el siguiente rellano, si tuviera el suficiente dinero no viviría en un cuarto sin ascensor me digo, en seguida, contrarreplico: las determinaciones tienen un precio y el coste a pagar son 128 escaleras de subida y 128 de bajada, la mejor contratación de internet que podrías imaginar, tira. Busco una salida por el hueco de la ventana, el sol me deslumbra y atisbo los árboles del patio interior: delicias del Madrid de los tejados en cuesta, árboles escondidos tras edificios espigados. No, no me olvido: si intento espirar en los momentos de máximo esfuerzo será más fácil, hay que programar al cuerpo para que se relaje en los momentos de máxima tensión. Dani m...