Nunca llames señora a una cabellera roja
La diosa de cabellos vivos, i ndómitos y crecientes es una mujer desnuda de cabeza nido. Entre sus mechones rojorescentes habita el bosque con ramas de olivo y sus ciento volando. Su cabellera se enreda en fuentes de agua sulfurosa y se eriza con el viento del Oeste. Su pelo largo de mil pájaros azules anuncia tardes salvajes, .... a ún antes del crepúsculo. Tan solo la nieve jabonosa calma inmensa jauría. Son los dedos de un hombre tranquilo quienes deshacen, en silencio, al borde del baño, nudos y maleficios. La diosa se revolverá con el orgullo de la serpiente, sin embargo, el fuego de unos ojos verdes y amarillos h ipnotizarán el cabello. T ocarán suelo las miosotis¡º y volarán los colibríes d eshenebrando la franja que teje el cielo y la tierra. Dedos que alejan el viento del barro. Por un mágico momento, la mujer y la...